Hola de nuevo a todos!!!
Como lo prometido es deuda, hoy por fin os traigo la primera entrega sobre nuestro viaje de novios. El viaje fue una ruta increíble en coche por California y Las Vegas.
¿Os venís?
La primera ruta que teníamos programada era la costa. Nosotros hicimos la costa desde Los Ángeles hacia San Francisco. Por cuestiones de logística teníamos que hacerlo de este modo. Al principio, tuvimos un poco de miedo, porque la mayoría de blogs de viajes que miramos, proponían la ruta justo al revés. Pensábamos que igual no íbamos a poder parar con facilidad o cruzar al otro lado de la calzada cuando quisiéramos. Pero no hay ningún problema, toda la carretera de la costa, está preparada para poder parar en ambos lados de la calzada, con aparcamientos habilitados para ello y cruzar sin problema.
El primer día aterrizamos en Los Ángeles, recogimos el coche que teníamos alquilado y nos fuimos directos a Santa Bárbara, para a la mañana siguiente comenzar la ruta de la costa desde allí.
Os presentó al otro protagonista del viaje, el que fue un compañero más y nos llevó por todas nuestras andanzas (Ford Mustang)
La primera parte de la ruta fue desde Santa Bárbara hasta Cayucos, fuimos por la Hwy 101, no es la carretera propia de la costa, pero no está nada mal para aclimatarte un poco a conducir por el país y hacerte con el coche (era automático).
Cayucos es pueblo pequeñito, que tiene mucho encanto, además de una playa grandísima donde poder practicar surf o admirar a los que lo practican…
Fue en Cayucos donde cogimos la Hwy 1, la carretera de la costa. Una carretera que me faltan adjetivos para poder describirla. A cada momento, tras una nueva curva te encontrabas con paisajes, que parecían sacados de una postal. La carretera está bien conservada, tiene bastantes curvas, por lo que no se puede correr, pero no pasa nada, porque el cuerpo te pide ir despacio para poder ir admirando lo que te vas encontrando.
En una de nuestras paradas nos encontramos con toda una colonia de leones marinos!!!
Por esta ruta, se encuentra también el famoso Castillo Hearst. Paramos para visitarlo, pero había una cola para comprar entradas bastante grande, así que decidimos continuar la marcha, para poder disfrutar de las vistas que aún nos quedaban con la luz del sol. Si queréis visitarlo, os recomiendo que reservéis la entrada con antelación para evitar colas.
Y poco a poco nos fuimos adentrando por lo que se conoce como Big Sur, y sus espectaculares vistas.
Con sus “curiosos y traviesos” habitantes… (en mi vida había visto ardillas tan sociables como las que se acercaron a esta mujer)
Y el famoso Bixby Bridge, famoso por ser uno de los puentes más altos del mundo de un sólo arco.
Cerca de la hora del atardecer llegamos a Carmel by the sea. He de decir que lo mío con Carmel fue un flechazo, un amor a primera vista que perdura en el tiempo. El pueblo es encantador, cuidado hasta el último detalle, con unas casitas preciosas y unas tiendas y restaurantes alucinantes.
Pero, me quedo con el atardecer que vivimos en la playa. Y digo, vivimos y no sólo vimos. Me quedo con los paseos por la orilla, dejando que el Pacifico acariciase mis pies. Me quedo con las familias sentadas en la arena preparando un picnic en la playa para ver la puesta de sol. Me quedo con los adolescentes jugando al rugby. Me quedo con los pintores intentando plasmar la belleza del momento, me quedo con los surfistas buscando la ola…
Otra de las cosas con las que me quedo de este día es el olor. Y es que por la carretera de la costa había unas flores (no supimos identificarlas) con un olor especial, que despertaban más de un sentido, recuerdo o emoción. Fue un día inolvidable!!!
Espero que os haya gustado!!! Hasta el próximo post!!!
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