Hola de nuevo a todos!!!
Hoy os traigo una nueva entrega de nuestro viaje de novios! ¿Me acompañáis? Nos detenemos en Monterey. Y es que éste fue el segundo punto de parada de nuestro periplo. Nos quedamos en Monterey dos noches, la primera noche llegamos para dormir después de nuestra ruta por la costa (lo podéis leer aquí), y el día siguiente lo invertimos en conocer la ciudad.
Es una ciudad costera pequeñita, que se ve muy fácil. Se nota mucho tanto la influencia española como la mejicana, y eso se puede apreciar en sus edificaciones, en letreros, nombres de calles…
Es uno de los lugares donde mejor se conservan edificios históricos, que datan del siglo XIX. Ahí te das cuenta de que es un país con una historia muy reciente. Cuando los visitábamos no teníamos la sensación de que fuesen históricos, acostumbrados a los edificios históricos de aquí, pero para ellos y para su historia tienen una gran importancia.
Siguiendo nuestro camino llegamos a la zona del puerto y al Fisherman’s Wharf, que quiere asemejarse, en un tamaño bastante más reducido, al de San Francisco. Se ve bastante rápido, son todo restaurantes y tiendas de suvenires enfocados para los turistas. No os puedo decir que tal se come, porque cuando estuvimos era bastante pronto. Al final del paseo del Fisherman’s Wharf hay unos cuantos barcos, en los que puedes contratar una visita para ir a ver ballenas (la mejor época es de mediados de diciembre a mediados de abril).
Continuamos nuestro paseo andando. Y digo andando porque hay posibilidad de hacerlo en bici (hay diversos puntos en la ciudad donde poder alquilar bicis). Después, llegamos a la zona de San Carlos Beach, donde hay otro pequeño puerto deportivo y un muelle por el que poder pasear tranquilamente, y sorprenderse a cada paso (y es literal) con sus inquilinos. Otra vez vez nos encontramos con una colonia enorme de leones marinos!!
San Carlos Beach desemboca en otra de las partes turísticas de la ciudad y que a nosotros, particularmente, nos gustó bastante: Cannery Row. Es una zona donde antiguamente se agrupaban todas las conserveras. Hoy en día es una zona de restaurantes, hoteles y tiendas, pero que han sabido respetar el encanto de entonces, conservando los edificios de ladrillo rojo y las estructuras.
Al final de esta calle se encuentra un gran acuario. No teníamos pensado visitarlo, pero nos acercamos por curiosidad, y menos mal que no queríamos entrar, porque hubiera sido imposible. Había unas colas enormes y es que nos enteramos de que era el día del niño y había descuentos especiales.
En Cannery Row, si que nos dió la hora de comer y entramos en un local que al pasar por delante nos había llamado la atención. Luego, mirando en la guía, vimos que era uno de los que recomendaban (se llama Cannery Row Brewing Co). Y mereció la pena, el sitio estaba decorado con un estilo industrial (que me encanta) y tenía una amplia selección de cervezas. La comida era tipo americana (hamburguesas, sándwiches, ensaladas…)
Para finalizar la visita, nos tocaba todavía una sorpresa… Una nave gigante con un mercado vintage!!! (¿Podía pedir más?)
El lugar no podía ser más pintoresco, y podías encontrar de todo…
Pasamos un día genial!! Para nosotros 100% recomendable.
Espero que os haya gustado!!! Hasta el próximo post!!!
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